sábado, 11 de agosto de 2012

Hay alternativas (2): El poder de la banca

8. El poder de la banca y también del lobby inmobiliario y su maridaje con el
poder político en los últimos años se ha manifestado de modos muy evidentes:
la poderosa Oficina Económica del Gobierno ha estado nutrida de
economistas procedentes en su gran mayoría de servicios de estudios de
bancos privados, uno de sus directores salió directamente a trabajar como
presidente de la patronal de grandes constructoras, un antiguo gobernador
del Banco de España terminó en el Consejo de Administración de uno de
los grandes bancos, otro en el Fondo Monetario Internacional y un subgobernador
presidiendo la patronal bancaria.
Otra prueba singular del gran poder político de los grandes empresarios y
financieros y de su connivencia con las autoridades fue la mostrada por la
entonces secretaria de Estado de Justicia, María Teresa Fernández de la
Vega, con el presidente del Banco de Santander, Emilio Botín. Según
informó el diario El País, impidió que se lo juzgara en un caso en el que el
fiscal le pedía nada menos que 170 años de cárcel ordenando en una carta
"que se cursaran al abogado del Estado "instrucciones" sobre su actuación
en el caso de las cesiones de crédito", concretamente pidiendo que no se
dirigiera "acción penal alguna por presunto delito contra la Hacienda
Pública, contra la citada entidad bancaria o sus representantes" ("Rato atribuye
la decisión de no perseguir a Vega", El País, 27 de mayo de 2008).
Gracias a su intervención Botín no fue juzgado, según informó la web de El
Confidencial el 21 de septiembre de 2006, a pesar de que "durante los años
1988 y 1989 el Santander manejó cerca de medio billón de pesetas de dinero
negro, que provenía de fuentes financieras más o menos inconfesables
[...] El banco entregó al Fisco información falsa sobre 9.566 operaciones formalizadas
que representaban 145.120 millones de pesetas. [...] A tal efecto
no dudó en declarar como titulares de las cesiones a personas fallecidas,
emigrantes no residentes en España, ancianos desvalidos, trabajadores en
paro, familiares de empleados del banco, antiguos clientes que ya no mantenían
relación alguna con la entidad, etcétera".

p. 54

No hay comentarios:

Publicar un comentario